Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
MISERICORDIA

«Quien no tiene un corazón que comparte la pena de su prójimo como cosa suya, no tiene Misericordia, y quien no usa de Misericordia, no hallará la Misericordia de Dios.

María, desde Su Concepción Inmaculada, tomó como propia la causa de todos los hijos de Adán, y movida e impulsada por esta Virtud, trató Eficazmente con Dios nuestra Salvación.

Esa Madre de Misericordia toma por Suyas las necesidades de Sus hijos.

¿Tienes amor verdadero a Dios y a tu prójimo? Si tienes Caridad, la Misericordia es una hija suya. Y si hay en ti Misericordia, padecerás por todas aquellas causas y motivos por los que Padeció Jesús y María Santísima. Tendrás pena y compasión de los males morales gravísimos que afligen a nuestra Santa Madre la Iglesia, y tomando por propias las miserias y las necesidades espirituales de las almas, te sacrificarás por ellas.

Presenta este ramillete a María: Señora, ¿qué puedo hacer yo por el Bien de las almas? Me ofrezco en sacrificio al pie de la Cruz por su Salvación. Me comprometo a poner por obra la Misericordia como forma de vivir la Virtud de la Caridad.

Recibe, Señora, esta, mi ofrenda; Bendice mis propósitos; Alcánzame las Gracias y Dones que necesito para conservar esta Virtud en mi corazón. Amén» (B. Francisco Palau, Religioso Carmelita y Fundador).

Alégrate, María, Llena Eres de Gracia, el Señor Es Contigo; Bendita Tú Eres entre todas las mujeres y Bendito Es el Fruto de Tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, Madre mía y Madre del mundo entero, Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Semper Mariam In Cordis Tuo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario