Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
FIDELIDAD



Los cristianos vivimos una época privilegiada para dar Testimonio de esta Virtud en ocasiones tan poco valorada: la fidelidad. Vemos cómo, con frecuencia, se quiebra la lealtad en el matrimonio, en la palabra empeñada, la fidelidad a la Doctrina y a la Persona de Cristo. Los Apóstoles nos muestran que esta Virtud se fundamenta en el amor; ellos son fieles porque aman a Cristo. Es el amor el que les induce a permanecer en medio de las defecciones. Sólo uno de ellos le traicionará, más tarde, porque dejó de amar. Por eso nos aconseja a todos el Papa S. Juan Pablo II: "Buscad a Jesús esforzándoos en conseguir una Fe personal profunda que informe y oriente toda vuestra vida; pero sobre todo que sea vuestro compromiso y vuestro programa amar a Jesús, con un amor sincero, auténtico y personal. Él debe ser vuestro Amigo y vuestro Apoyo en el camino de la vida. Sólo Él Tiene Palabras de Vida Eterna" (30- 1-79). Nadie más que Él.

Mientras estemos en este mundo, la vida del cristiano es una lucha constante entre amar a Cristo y el dejarse llevar por la tibieza, las pasiones o un aburguesamiento que mata todo amor. La fidelidad a Cristo se fragua cada día en la lucha contra todo lo que nos aparta de Él, en el esfuerzo por progresar en las Virtudes. Entonces seremos fieles en los momentos buenos, y también en las épocas difíciles, cuando parece que son pocos los que se quedan junto al Señor.
Para mantenernos en una fidelidad firme al Señor es necesario luchar en todo momento, con espíritu alegre, aunque sean pequeñas las batallas.

Hoy, cuando le decimos al Señor que queremos serle fieles, nos debemos preguntar en Su Presencia: ¿Son grandes mis deseos de avanzar en el amor?» (P. Francisco Carvajal).

Semper Mariam In Cordis Tuo.

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