Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
MADRE DE LA IGLESIA 
Y MADRE NUESTRA


«El 21 de noviembre de 1964, (el Beato) Pablo VI atribuyó solemnemente a María el título de "Madre de la Iglesia".
Precisamente por ser Madre de la Iglesia, la Virgen es también Madre de cada uno de nosotros, que somos miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Desde la Cruz Jesús Encomendó a Su Madre a cada uno de Sus discípulos y, al mismo tiempo, Encomendó a cada uno de Sus discípulos al Amor de Su Madre. El Evangelista San Juan concluye el breve y sugestivo Relato con las palabras: "Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa" (Jn 19, 27): la acogió en su propia realidad, en su propio ser. Así forma parte de su vida y las dos vidas se compenetran. Este "aceptarla en la propia vida" es el Testamento del Señor.
Por tanto, en el Momento supremo del Cumplimiento de la Misión Mesiánica, Jesús deja a cada uno de Sus discípulos, como Herencia Preciosa, a Su misma Madre, la Virgen María.
Queridos hermanos y hermanas, en estos primeros días del año se nos invita a considerar atentamente la importancia de la Presencia de María en nuestra existencia personal. Encomendémonos a Ella, para que Guíe nuestros pasos en este nuevo período de tiempo que el Señor nos Concede vivir, y nos Ayude a ser auténticos amigos de Su Hijo, y así también valientes artífices de Su Reino en el mundo, Reino de Luz y de Verdad». (1-1-2008).
Semper Mariam In Cordis Tuo.

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