LA BÚSQUEDA DE DIOS
"Yahveh, la parte de mi Herencia...mi Heredad es preciosa
para mí" (Sal. 15, 5.6).
"Conservémonos fieles a la
búsqueda de Dios. Ciertamente no lograremos realizar este ideal en un día; no
lo alcanzaremos sin trabajos y sufrimientos, porque la pureza de afectos, el
desasimiento absoluto, pleno y constante que Dios nos exige antes de Dársenos
Perfectamente, no se adquiere sino a costa de una gran generosidad. Pero si nos
entregamos por completo a Dios, sin segundas intenciones, sin regateos de
ningún género, estemos seguros de que Él Recompensará nuestros esfuerzos, y su
Perfecta posesión hallaremos nuestra Felicidad. "Si (el alma) persevera,
no se niega Dios a nadie" (Sta. Teresa).
Cuando uno se ha resuelto, lo único
que cuesta es el primer paso, pues, desde el momento en que nuestro amado Señor
Ve la buena voluntad, Él Hace lo demás.
"Todas las cosas las tengo por basura para ganar a
Cristo" (Fil. 3, 8).
Realmente sería una insensatez dejar
el Todo por la parte: El Amor de Jesús es el Todo; lo demás, piénsese como se
quiera, es algo menospreciable y no digno de nuestro amor si se equipara con
nuestro único Tesoro. Mi voluntad, mi entendimiento serán duramente probados,
pero no importa, con la Gracia de Dios, no dejaré por ello el solo Bien, mi
Divino Jesús, o por mejor decir, Él no me Dejará a mí" (B. Columba
Marmión, Benedictino).
Semper Mariam In Cordis Tuo.
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