Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
SEÑORA MÍA, MI CONSUELO DE DIOS

Toda Santa, Digna de todo Honor,
Tú eres la mejor Ofrenda
que la humanidad puede presentar a Dios.

Virgen Madre, Madre Siempre Virgen,
dirige una Súplica Materna a Tu Hijo.

Lleva hasta el Puerto la Barca de la Iglesia,
evitando los escollos y venciendo los oleajes.

Con Fe Te veneramos, Madre de Dios;
con amor Te honramos;
con Esperanza acudimos a Ti,
y Te proclamamos Bienaventurada.

Tú, Señora mía, mi Consuelo de Dios,
Ayuda de mi inexperiencia,
acoge la súplica que Te dirijo.

Tú, que para todos eres Fuente de Alegría,
hazme digno de exultar juntamente Contigo.

Mira a la Asamblea de los creyentes,
Madre del Salvador;
aleja de ellos las desgracias y las aflicciones;
líbralos del Mal y del maligno;
Protégelos con la abundancia de Tu Benevolencia.

Al Regreso Glorioso de Tu Hijo, nuestro Dios,
Defiende con Tu Materna Intercesión
nuestra fragilidad humana
y Acompáñanos hasta la Vida Eterna
con Tu mano Afectuosa,
Tú que eres Poderosa por Ser Madre.

(Benedicto XVI, 7-5-2005)

Semper Mariam In Cordis Tuo. 

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