Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
PENTECOSTÉS


«Considera lo que dice S. Lucas, cómo el Espíritu Santo se Manifestó "como una ráfaga de viento impetuoso" (Hch. 2, 1), porque como dice S. Ambrosio, no Quiere el Divino Espíritu tardanzas, ni tibiezas, ni flojedades en Su Santo servicio, sino que seas fervorosísimo, activo y presto en tus resoluciones y ejecuciones». ¡Si tuviésemos una centella de este Divino Espíritu que desterrase la tibieza de nuestra alma! Pidámoslo al Señor.
"Llenó toda la casa en que se encontraban", porque llena todas las potencias del alma de quien le recibe: el entendimiento, ilustrándolo con Su Ciencia; la memoria con la conciencia de Su Presencia; la voluntad Encendiéndola con Su Divino Fuego; y todos los sentidos Moviéndolos a lo Celestial, Espiritualizándolos para menospreciar lo terreno.
Espíritu Santo, que todo lo llenas, no dejes mi pobre casa vacía. Ven...Ven y Consuela a tu siervo, y no dejes rincón de mi pobre morada que no sea todo Tuyo.
Fuego Sagrado, Ven y Apodérate de mi alma, para que sea Esclarecida e Iluminada para caminar hacia mi verdadero Hogar, el Cielo. Que se encienda en el amor de mi Dios, y quede pura de todo vicio. Y despreciando lo terreno, aspire siempre a lo Celestial y Divino, quedando intimamente unida con mi Creador y enlazada con vículo de Perfecta Caridad con mi prójimo. Amén» (P. Alonso Andrade SJ).


Semper Mariam In Cordis Tuo.



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