Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
TENGO SED  (Jn. 19, 28)

«Cuando el fuerte Sansón tuvo sed, halló una fuente Milagrosa para apagarla (Jue. 15, 18-19). Elías mitigó su sed en torrente de Kerit (1 Rey. 17, 2-6). Ismael fue Asistido por dios en su necesidad de agua (Gen. 21, 17-19). Para la sed del pueblo, hubo un Moisés que sacó agua de la piedra (Núm. 20). Para la sed de David, tres soldados pusieron en riesgo su vida, atravesando un campamento filisteo, trayendo agua a su rey (2 Sam. 23, 13-17).

¿Hay agua para la Sed de Jesucristo? ¿Hay corazones como agua?

Unos ofrecen el corazón como agua amarga por el pecado, y de esta no bebe el Señor; otros como agua helada; otros como agua tibia; otros como agua, pero poca. Y ninguna es el agua que pide Jesucristo» (Mons. Joseph de Barzia).

Se acerca el momento en que Jesús Exclamará nuevamente desde la Cruz: "Tengo Sed". Y lo hará, esperando no sólo que nuestros oídos lo escuchen, sino que nuestro corazón sea cristalina agua que le alivie, respondiendo, con amor, con confianza, y con verdadera entrega: "He aquí que vengo, Dios mío, a hacer Tu Voluntad" (Hb. 10, 7). Que así sea.

Semper Mariam In Cordis Tuo.




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