Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
MARÍA, MADRE DE JESÚS Y MADRE MÍA


«Este viernes hay un recuerdo especial para la Virgen de los Dolores, que acompañó a Jesús en la Pasión. De Su mano queremos entrar en estos días de preparación última a la Semana Santa.  El Viernes de Pasión, antiguamente Memoria de la Virgen de los Dolores, es como el pórtico para comenzar a meternos en las escenas del Evangelio que narran la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, y preguntarnos cómo vamos a vivir estos próximos días de una manera especial. Será ésta una Semana Santa Eucarística, de acción de gracias por la Redención, especialmente el Triduo Pascual, con jueves Santo, el día que Jesús se nos Da todo Él en este Sacramento, el viernes cuando Se Entrega a la Pasión y Muerte por Amor, y el Domingo de Resurrección, el día que Jesús ha hecho Nuevas todas las cosas. Y como siempre, lo mejor para acompañar de cerca al Señor, para contemplarle y demostrarle un amor con propósitos de Conversión, es hacerlo con la Virgen de los Dolores.

Para hacer una buena fotografía se requiere un encuadre adecuado, enfocar bien el campo visual, un punto de vista adecuado. Pues para vivir la Semana Santa el mejor ángulo de encuadre es el Corazón de la Santísima Virgen, meternos en Su Corazón y desde allí acompañar a Jesús. 

Ella nos Manda que hagamos lo que su Hijo nos Diga. Es bueno que pensemos qué es lo que Jesús nos Dice con Su Pasión, y al contemplar lo mucho que Jesús nos Quiere hasta Morir Crucificado por nuestra Salvación, nos vendrá a la cabeza, como decía San Josemaría Escrivá: Jesús ha hecho esto por mí... yo, ¿qué hago por Jesús? Y de ahí salen propósitos de correspondencia: puesto que la Causa de la Muerte de Jesús son mis pecados, voy a vivir en Gracia de Dios acudiendo al Sacramento de la Confesión. Voy a acompañar a Jesús de la mejor manera: que Él Esté conmigo, y huyendo de las ocasiones de pecado, acudiendo a la Virgen en las tentaciones, reaccionando con prontitud como han hecho los Santos: “¡Aparta Señor de mí lo que me aparte de Ti!”» (P. Lluciá Pou Sabaté).

Semper Mariam In Cordis Tuo.

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