.ENSANCHAR EL ALMA.
«No es difícil percibir cómo Transforma el Espíritu la imagen de aquéllos en los que Habita: del amor a las cosas terrenas, el Espíritu nos conduce a la Esperanza de las Cosas del Cielo; y de la cobardía y la timidez, a la Valentía y Generosa intrepidez de espíritu» (S. Cirilo de Alejandría. Obispo y Doctor de la Iglesia).
«Es necesario que ella (es decir, el alma) crezca y se dilate, para que sea capaz de Dios. Porque su anchura es su amor, como dijo el Apóstol: Ensanchaos en la Caridad. Pues si bien el alma, por ser espíritu, no es susceptible de extensión, sin embargo, la Gracia le concede lo que la naturaleza le niega. Y así, crece y se extiende, pero espiritualmente. Crece y progresa hasta llegar al hombre Perfecto, a la Medida de Cristo en Su Plenitud; crece también hasta formar un Templo Consagrado al Señor.
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