Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
.CARIDAD SON OBRAS.

«La Caridad, además de la Misericordia, tiene otra hija que se llama Beneficencia.  
No nos basta la buena voluntad, no nos basta un corazón que compadezca las miserias ajenas: la Caridad es Obras, y en su terreno, estas son guiadas por la beneficencia.
La Obras de Misericordia son catorce: las que miran a las necesidades corporales, y las que se preocupan los la espiritualidad de nuestro prójimo.

María Hizo con nosotros una Obra de Misericordia tan Grande que no habrá otra igual. Estábamos perdidos por la Culpa original y nos Dio un Salvador.

¿Qué Bien puedes hacer por el prójimo?

Si no tienes Caridad, nada o casi nada; porque sin la Caridad, la Beneficencia no es Virtud Perfecta ni puede serlo; es filantropía, pero sin la Caridad, que es su reina, por muchos aplausos que reciba de los hombres,  no tiene mérito delante de Dios.

Si tienes Caridad, si amas lo que Dios Ama, si quieres lo que Dios Quiere, puedes hacer el Bien por los otros y muchísimo. Haz de ofrecer por ellos cuanto esté en tu poder.

Ofrécete a María y Ella te Inspirará. Dile:

Señora: me obligo a practicar en bien de mi prójimo todas las Obras de Misericordia que pueda y están en mis manos. Tendré para todos un corazón amable, benigno, dulce, manso, y seré Tu servidor.
Recibe, Señora, estos mis propósitos, y Haz que tengan siempre un efecto eficaz. Amén» (B. Francisco Palau, Religioso Carmelita y Fundador).


Semper Mariam In Cordis Tuo.

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