.EL ARMA DE LA ORACIÓN.
«La Oración es el Arma con que se ha de vencer al demonio. Por esto dijo S. Juan Crisóstomo que “los demonios nos acechan con gran cuidado, y si hallan que alguno tiene Oración fervorosa, le temen, no se atreven a acercarse por temor de la Virtud y fortaleza que le comunica; al instante huyen, como los ladrones que son descubiertos. Pero si ven que alguno no se ejercita en la Oración, al punto le tienden lazos y le hacen caer en muchos pecados”.
Si le teme tanto el demonio, si te libra y aparta de las tentaciones, ¿cómo es que no le ejercitamos? ¿Cómo no nos valemos de este medio para librarnos de los fuertes lazos del adversario? Si el demonio es nuestro cruel enemigo y nos arma tantos lazos ocultos y el remedio es la Oración, que los descubre, desbarata, y nos defiende de ellos, ¿por qué no acudimos continuamente a este recurso?
Vivimos en guerra continua con este enemigo espiritual, muchas veces al día nos acomete, nos rodea y nos hace tropezar. Pues para vencerle, la Oración» (P. Félix de Alamín, OFM Capuchino).
Vivimos en guerra continua con este enemigo espiritual, muchas veces al día nos acomete, nos rodea y nos hace tropezar. Pues para vencerle, la Oración» (P. Félix de Alamín, OFM Capuchino).
Semper Mariam In Cordis Tuo.
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