Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
.QUIERO CANTAR TU MISERICORDIA.


«Dios mío, Tú no puedes Inspirar deseos irrealizables. Por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la Santidad.
Crecer me es imposible; he de soportarme a mí misma tal cual soy, con todas mis imperfecciones. Pero quiero hallar el modo de ir al Cielo por un caminito muy recto, muy corto; por un caminito del todo nuevo.
Estamos en el siglo de los inventos. Ahora no hay que tomarse ya el trabajo de subir uno por uno los peldaños de una escalera, el ascensor suple con ventaja a la escalera. Pues bien, yo quisiera encontrar también un ascensor para llegar hasta Jesús, pues soy demasiado pequeña para subir la ruda escalera de la Perfección. Animada de estos sentimientos, busqué en los Sagrados Libros el soñado ascensor, objeto de mis deseos, y hallé estas Palabras, salidas de la Boca de la Sabiduría Eterna: «El que sea pequeñito que venga a Mí» (Prov. 9, 4). Me he acercado, pues, adivinando que había encontrado lo que buscaba... El ascensor que ha de subirme al Cielo son vuestros brazos ¡oh Jesús! Por eso, no necesito crecer; al contrario, he de permanecer pequeña, y aun empequeñecerme más cada día.
¡Dios mío! Habéis sobrepasado mi Esperanza, y quiero cantar Vuestras Misericordias». (Sta Teresita de Lisieux, Carmelita y Doctora de la Iglesia).
Semper Mariam In Cordis Tuo.


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