DIOS NOS AGUARDA
«En 1937 varios exploradores rusos lograron pasar unos meses
en las proximidades del Polo Norte, en el reino del hielo eterno, o, como solía
decirse, de la “muerte eterna”. Hasta entonces, se creía realmente que allí no
podía crecer ninguna planta. Por eso, la sorpresa de los exploradores fue
enorme al encontrar en el mismo Polo Norte una flor. Era una especie de alga
diminuta, del tamaño de la cabeza de un alfiler, de color azul. Quisieron
descubrir su raíz y empezaron a cavar. Cavaron nueve metros de profundidad y todavía
no dieron con el final de la raíz... Ciertamente, esa flor es un ejemplo para
nosotros. Por todas partes, le rodeaban el hielo y la muerte y no se asustaba ni
retrocedía. Iba taladrando el suelo y se lanzó, en el reino de la oscuridad y
de las tinieblas, hacia arriba en busca de la luz, hasta que la encontró. No le
importó, si tuvo que subir veinte metros. Valió la pena llegar a la luz y poder
alegrar la vida de unos exploradores y alabar a Dios en las solitarias y
heladas regiones del Polo Norte.
Por eso, tú no te
desanimes, no importa cuántos metros estés bajo el peso de tus pecados.
Jesús te Espera en la Confesión y en la luz del Sagrario,
sigue subiendo, Él Es la Luz del mundo y te está Esperando para Darte una Nueva
vida»
(P. Ángel Peña O.A.R).
Semper Mariam In Cordis Tuo.
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