UN TALENTO...UN CAMINO AL CIELO
«Hay diversidad de Carismas, pero el Espíritu es el
mismo...del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y
todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un
solo cuerpo, así también Cristo...Dios Puso cada uno de los miembros en el
cuerpo según Su Voluntad. Ahora bien, muchos son los miembros, mas uno el
cuerpo. Y no puede el ojo decir a la mano: «¡No te necesito!» Ni la cabeza a
los pies: «¡No os necesito!» Más bien los miembros del cuerpo que tenemos por más
débiles, son indispensables. Y a los que nos parecen los más viles del cuerpo,
los rodeamos de mayor honor…Dios ha Formado el cuerpo dando más honor a los miembros
que carecían de él, para que no hubiera división alguna en el cuerpo, sino que
todos los miembros se preocuparan lo mismo los unos de los otros…Y así los Puso
Dios en la Iglesia, primeramente como Apóstoles; en segundo lugar como
Profetas; en tercer lugar como Maestros; luego, los Milagros; luego, el Don de
las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas. ¿Acaso todos
son Apóstoles? O ¿todos Profetas? ¿Todos Maestros? ¿Todos con Poder de
Milagros? ¿Todos con Carisma de curaciones? ¿Hablan todos, lenguas?
¿Interpretan todos? ¡Aspirad a los Carismas Superiores!» (1 Cor. 12).
«Quiso el Señor que los fieles formáramos un solo Cuerpo,
cuya Cabeza es Él; pero Quiso también que la Caridad fuese como el alma que da
vida a este Cuerpo, y que por ella se reconocieran a los miembros que los
conforman. «En esto conocerán todos que sois Mis discípulos, si os tenéis amor
los unos a los otros» (Jn. 13, 35). Tertuliano (s. II) refiere la admiración de
los paganos, que al ver el proceder de los cristianos de su tiempo, decían:
"Mirad cómo se aman. Mirad cómo están dispuestos a morir el uno por el
otro" (Apologético, 39, 1-18).
Examinemos nuestra alma y nuestra vida. Veamos qué tantos
pasos hemos dado en la Caridad, hacia Dios en primer término, dándole nuestro
corazón sin reserva, y hacia el prójimo, a quien Él mismo nos exhorta a amar.
Como dice el Apóstol Pablo, Dios ha Dado Dones a todos
Sus hijos. Y el más precioso de todos, es saber usar los talentos que recibimos
sin envidiar los que no tenemos.
¿Recibiste sólo uno? Pues es preciso negociar con él para
no escuchar de boca del Señor el día que abandonemos este Destierro: «¡Siervo
malo y perezoso!» (Mt. 25, 26). Todos quisiéramos ser Profetas o Maestros. Difícilmente
aceptamos menos.
¡Mi Dios, qué sutil sabe ser el enemigo! ¡Cuántos medios
he tenido hasta ahora para ser Santo, y cómo los he malogrado!
Señor, Haz que yo aprecie más lo que me hace agradable a
Tus ojos y no lo que suponga la estimación de los hombres» (P. Juan Croisset
SJ).
Semper Mariam In Cordis Tuo.
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