.SEÑOR, ¡QUE VEA!
«¡Ceguera grande, Dios mío! ¡Oh, qué grande ingratitud, Rey mío! ¡Qué incurable locura, que sirvamos al demonio aún con lo que nos Das Tú, Dios mío! ¡Que paguemos el gran Amor que nos Tienes con amar así a quien Te Aborrece y ha de Aborrecer Eternamente!
¡Que -a pesar de- la Sangre que Derramaste por nosotros, y los Azotes y grandes Dolores que Sufriste, y los grandes Tormentos que Pasaste...tomamos por compañeros y amigos a los que así Te Trataron!...
¡Mortales!... ¿Es porque no ven a esta Majestad Atado y Ligado con el Amor que nos Tiene?
¿Qué más hacían los que le dieron la Muerte, sino, después de atado, darle golpes y heridas?
¡Mi Dios, cómo Padeces por quien tan poco se duele de Tus Penas!» (Sta Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia).
«Benigno Señor mío, ¿cómo podré darte gracias por soportarme, a mí, que he obrado mil veces peor que Judas? A Él le Hiciste Tu discípulo, y a mí Tu hija... ¡Oh Jesús mío!, yo Te he traicionado, no una sola vez como él, sino miles e infinitas veces...
¡Dulce Señor Jesucristo, cuántas veces Te he dado la hiel amarga a cambio de la Miel que Tú me has Dado! ¡Cuántos pecados contra tantos Dones! ¡Cuántos males contra tantos Bienes! ¡cuántas veces, mientras he gozado de Tus Cosas..., Te he ofendido con esas mismas Cosas Tuyas.
¿Quién Te Crucificó? Yo. ¿Quién Te Azotó atado a la columna? Yo.
¿Quién Te Coronó de espinas? Yo. ¿Quién Te dio a Beber vinagre y hiel? Yo.
¿Quién Te Coronó de espinas? Yo. ¿Quién Te dio a Beber vinagre y hiel? Yo.
Señor mío, ¿sabes por qué Te digo todas estas cosas?
Porque he comprendido...con Tu luz, que mucho más Te Afligieron y Dolieron los pecados mortales que yo he cometido, que lo que Te Afligieron y Dolieron todos aquellos Tormentos.
Porque he comprendido...con Tu luz, que mucho más Te Afligieron y Dolieron los pecados mortales que yo he cometido, que lo que Te Afligieron y Dolieron todos aquellos Tormentos.
Concédeme, ahora ya, la Gracia de devolverte... bien por Bien y no mal por Bien, gratitud y no ingratitud, y que sienta siempre amargura cuando haga o piense algo que sea contra Tu Majestad; y que de aquí en adelante, Te devuelva amor por Amor, sangre por Sangre, vida por Vida» (Sta. Camila Da Varano, Religiosa Clarisa).
Semper Mariam In Cordis Tuo.
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