UNA PÁGINA MÁS
EN EL LIBRO DE LA VIDA
«Muchas otras Señales Hizo
también Jesús en presencia de Sus discípulos, que no están escritas en este
Libro» (Jn. 20, 30).
«En este último versículo, se habla, en fin, de
un Libro: es el Evangelio, en el que no están escritos muchos otros Signos
que hizo Jesús. Después del gran Signo de Su Misericordia —podemos pensar—, ya
no se ha necesitado añadir nada más. Pero queda todavía un desafío, queda
espacio para los signos que podemos hacer nosotros, que hemos recibido el
Espíritu del Amor y estamos llamados a difundir la Misericordia.
Se puede decir que el Evangelio, Libro Vivo de
la Misericordia de Dios, que hay que leer y releer continuamente, todavía tiene
al final páginas en blanco: es un libro abierto, que estamos llamados a
escribir con el mismo estilo, es decir, realizando Obras de Misericordia.
Os pregunto, queridos hermanos y hermanas:
¿Cómo están las páginas del Libro de cada uno de vosotros? ¿Se escriben cada
día? ¿Están escritas sólo en parte? ¿Están en blanco?
Que la Madre de Dios nos Ayude en ello: que
Ella, que ha Acogido plenamente la Palabra de Dios en Su vida
(Lc 8,20-21), nos de la Gracia de ser escritores Vivos del Evangelio; que
nuestra Madre de Misericordia nos Enseñe a curar concretamente las Llagas de
Jesús en nuestros hermanos necesitados, de los cercanos y de los lejanos, del
enfermo y del emigrante, porque sirviendo a quien sufre se honra a la Carne de
Cristo. Que la Virgen María nos ayude a entregarnos hasta el final por el Bien
de los fieles (..) y a sostenernos los unos a los otros, como verdaderos
hermanos en la Comunión de la Iglesia, nuestra Santa Madre» (Papa Francisco,
30-7-2016).
Semper Mariam In Cordis Tuo.
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