EL CAMINO DE CRISTO,
CAMINO DE TERNA FELICIDAD
"El dinero es el ídolo de nuestro tiempo. A él rinde homenaje instintivo la multitud, la masa de los hombres. Estos miden la dicha según la fortuna, y, según la fortuna también, miden la honorabilidad...Todo esto se debe a la convicción de que con la riqueza se puede todo. La riqueza, por tanto, es uno de los ídolos de nuestros días, y la notoriedad es otro...La notoriedad, el hecho de ser reconocido y hacer ruido en el mundo, ha llegado a ser considerada como un bien en sí mismo...
El Decálogo, el Sermón de la Montaña y la Catequesis Apostólica nos describen los caminos que Conducen al Reino de los Cielos. Por ellos avanzamos paso a paso mediante los actos de cada día sostenidos por la Gracia del Espíritu Santo" (Catecismo nº 1723-1724).
Jesucristo "en Quien se Realiza cada una de las Bienaventuranzas, Es el Camino a la Plenitud de la Vida y a la vida verdaderamente Plena. Quien sigue el Camino que Cristo Señala, quien recorre el Camino que es Él mismo, quien en respuesta a la Gracia procura en su vida asemejarse a Él, encontrará la única Felicidad humana. El Señor la Promete a aquellos que creen en Él y a aquellos que aman como Él: "Si guardáis Mis Mandamientos permaneceréis en Mi Amor, como Yo he Guardado los Mandamientos de Mi Padre y Permanezco en su Amor. Os he Dicho ésto para que Mi Gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea Colmado" (Jn 15, 10-11)" (P. Jurgen Daum).
"Quien lee atentamente el Texto de las Bienaventuranzas, descubre que son como una velada biografía interior de Jesús, como un retrato de Su Figura. Él, que no tiene dónde reclinar la cabeza (Mt. 8, 20), es el auténtico Pobre; Él, que puede Decir de Sí mismo: Venid a Mí, porque Soy Sencillo y Humilde de Corazón (Mt. 11, 29), es el realmente Humilde; Él es verdaderamente Puro de Corazón y por eso Contempla a Dios sin cesar. Es Constructor de Paz, es Aquel que Sufre por Amor de Dios: en las Bienaventuranzas se manifiesta el Misterio de Cristo mismo, y nos llaman a entrar en Comunión con Él" (Benedicto XVI, Obispo Emérito de Roma).
Semper Mariam In Cordis Tuo.
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