VINO DE AMOR
Ten presente, hermano querido, que todo, absolutamente
todo lo que pasa en esta vida, no es más que por el Bien de los que Dios tanto
Ama. Dios Es Perfecto y Misericordioso y todo, todo lo ha hecho muy bien.
Se oye decir, “no hay mal que por bien no venga”, así
que si algo te alegra, molesta, te disgusta o te hace sufrir en tu vida,
siempre, siempre, siempre, bendice y alaba a Dios y dale gracias todos los días
que Él te permita vivir.
Por todo lo bueno y por todo lo que aparentemente es
malo dile, Señor que no se haga mi voluntad sino la Tuya, ayúdame a aceptar aquello
que no puedo aceptar o comprender y a cambiar lo que debe cambiar, por mi bien
y el de los demás; ayúdame a amarte con todo mi corazón, con todas mis fuerzas,
sentidos y potencias; que mi vida sea bendecirte, alabarte y glorificarte,
siempre y en todo momento, porque ni mi vida ni nada de lo que tengo es mío,
Señor, sino Tuyo.
Sin nada vine y sin nada me iré, porque si Tú no me
sostienes a la Nada regresaría. Quiero ser un instrumento Tuyo; haz que yo
dé fruto y fruto en abundancia para Tu Reino; ayúdame a sembrar siempre las
semillas de Tu Reino, sin esperar nunca ver la cosecha, porque como está
Escrito, “unos son los que siembran y otros los que recogen”.
Dile a la Virgen María: Madre Santa y Buena, se me
está acabando el Vino del amor, dile a Tu Amado Hijo, que por favor llene de
nuevo mi tinaja de Su fuente de Agua Viva, para que yo pueda seguir repartiendo
a todos los que me rodean, el Vino Santo del Amor Divino. Y verás como Ellos,
siempre, siempre, siempre te van a regalar ese Amor, y nunca te olvides de
repartirlo, como hizo San José, en lo escondido, sin figurar, sin que nadie lo
vea, para Dios que es el que Ve en lo escondido, riegue esos frutos con
abundancia.
Espero que estas sencillas palabras que el Señor me
inspiró escribirte, te sirvan para la Salvación de tu alma.
Dios te Bendiga.
(Gracias a Mi amiga Marta por compartir esta preciosa meditación).
Semper Mariam In Cordis Tuo.
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