Esta es una página de difusión de la Fe Cristiana a la luz del Magisterio de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

«Es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da Testimonio y Anuncia». (B. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, nº 24)
CONFIANZA

"El drama extremo es, precisamente, que el sufrimiento pueda hacernos dudar de Dios. Pero, aquí también, la experiencia corriente nos muestra que el hombre de Fe puede hallar en la "Presencia" de Dios un reconfortante del cual suele verse privado el que no cree. Pero no es algo automático. Esta Compañía que Dios ofrece a los que sufren ha supuesto para Él, vivir Personalmente la Cruz del hombre en Jesucristo.

«Los que Temen al Señor, esperen Su Misericordia, y no se desvíen, para no caer. Los que Teméis al Señor, confiaos a Él, y no os faltará la Recompensa. Los que Teméis al Señor, esperad Bienes, contento Eterno y Misericordia» (Eccl 2, 7-9).

Las pruebas de cada día nos hacen pensar, nos invitan a relativizar tantas cosas y a dar importancia a las que valen la pena. Si nos desanimamos, es porque no confiamos suficientemente en Dios. Con Su Fuerza no hay dificultad insuperable. 

 Para no caer en la impaciencia y el pesimismo que bloquean nuestra vida, tendremos que decirnos a nosotros mismos lo de Ben Sira (Libro del Eclesiástico): «Confía en Dios, que Él te ayudará, Espera en Él y te allanará el camino» (2, 6). Y lo del Salmo: «Confía en el Señor y haz el Bien, porque el Señor ama la Justicia y no abandona a Sus fieles. Encomienda tu camino al Señor y Él Actuará» (Sal 37, 5). Hay momentos de oscuridad, sí, pero a la noche siempre le sigue la aurora. Hay crisis, pero los túneles llegan a su final y aparece la luz. Hay Viernes Santo, y es trágico, pero desemboca en el Domingo de la Resurrección. Confiemos en Dios. Eso iluminará de Sabiduría nuestra jornada". (P. LLuciá Pou Sabaté).

Semper Mariam In Cordis Tuo.

COMÚN UNIÓN

«Incluso para resucitar a los muertos, el Señor no se contenta con actuar con Su Palabra que Contiene el Poder de Dios. Como cooperadora, por decirlo de alguna manera, toma a Su propia Carne para demostrar que tiene el Poder de dar la vida y para Manifestar la Divinidad en la Carne. Esto sucedió cuando Curó a la hija del jefe de la sinagoga. Diciéndole: -Niña, levántate!- la tomó de la mano. Como Dios, le Dio la vida por una Orden Todopoderosa, y también le Dio la vida por el contacto con Su propia Carne, Testimoniando así que en Su Cuerpo y en Su Palabra Reside un mismo Poder Divino que Obra en el mundo. También, cuando llegó a una ciudad que se llamaba Naïm donde se llevaba a enterrar a un joven, hijo único de una viuda, Tocó el ataúd Diciendo: “Joven, a ti te lo Digo: levántate!” (Lc 7,13-17).
Así que no sólo Confiere a Su Palabra el Poder de resucitar a los muertos sino que, para mostrar que Su Cuerpo es Fuente de Vida, Toca a los muertos y por Su Carne les Infunde nueva vida a los cadáveres. Si el sólo contacto con Su Carne Sagrada Vuelve la vida a los cuerpos en descomposición ¡cuánto provecho no encontraremos en la Eucaristía, Fuente de Vida, cuando nos alimentamos de Ella! Él Transformará en Si misma, en Su Inmortalidad, a los que participamos en Ella». (S. Cirilo de Alejandría, Obispo y Doctor de la Iglesia).


Semper Mariam In Cordis Tuo.


Eunucos por amor del Reino de Dios

Objeción

Si el Celibato de los que se ordenan Sacerdotes y Monjas es solamente recomendado por Jesús en el Nuevo Testamento...¿Por qué la Iglesia Católica lo hace ley en 1138? ¿El Espíritu Santo inspiró a la Iglesia Católica para que lo instituyera?

¿Es esto cierto?

La Iglesia instituyó una regla de Celibato: una regla para sus Sacerdotes, una regla que se convirtió en ley en el año 1138; una ley que hoy persiste. Pero no fue la Biblia la que dijo tal cosa. San Pablo dijo en su Epístola a Timoteo, que un Obispo debía casarse y tener hijos y que un hombre con experiencia en su propia familia, realmente está mejor calificado para atender a la Iglesia.

Respuesta

Si halláramos que en la Sagrada Escritura no hay un fundamento del Celibato, aun así, tendríamos el mayor de los fundamentos: Jesucristo. Jesucristo fue Célibe, aunque alguna literatura new age difunda otra cosa. Pero tenemos que Jesús no solo dio ejemplo con Su modo de vivir, sino que además, SÍ HABLÓ sobre el Celibato. Busquemos San Mateo 19,12:

"Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda".

No es válido el argumento que enfrenta a la Disciplina de la Iglesia con la infidelidad de algunos de sus miembros. Cuando estás enfermo y el médico te visita y receta, si no tomas los medicamentos, ¿quién tiene la culpa de tu agravamiento? ¿Tú o el médico? Y no es un razonamiento ingenuo. Busca en la Doctrina Católica, y fíjate donde se invita o se ampara el pecado. Entonces, quienes son infieles a la Fe que dicen profesar, ¿lo son por la Doctrina que creen, o porque no la viven cómo deben?

El Apóstol Pablo, que era Célibe, Escribió:

"Comenzando a tratar de lo que me habéis escrito, bueno es al hombre abstenerse de mujer; mas por evitar la fornicación, tenga cada uno su mujer y cada una tenga su marido... Esto os lo digo condescendiendo, no mandando."

Y termina diciendo:

"Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; pero cada cual tiene su Gracia particular...No obstante digo a los célibes y a las viudas: bien les está quedarse como yo"

Búscalo en 1 Corintios 7,1-8. y en otro lado escribe:

"Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer; está por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin división. Pero si alguno teme faltar a la conveniencia respecto de su novia, por estar en la flor de la edad, y conviene actuar en consecuencia, haga lo que quiera: no peca, cásense.

Mas el que ha tomado una firme decisión en su corazón, y sin presión alguna, y en pleno uso de su libertad está resuelto en su interior a respetar a su novia, hará bien. Por tanto, el que se casa con su novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor. La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor. Sin embargo, será feliz si permanece así según mi consejo; que también yo creo tener el Espíritu de Dios".
(I Corintios 7,32-40)

Nota que no estaba en contra del Matrimonio. Sin embargo, consideraba un estado más perfecto, el Celibato y la Virginidad. Las palabras de Jesús Bendito y del Apóstol, dejan claro, que el consejo de Celibato no estaba dirigido únicamente a los que iban a ejercer el Episcopado.
Tenemos entonces que las palabras dichas a Timoteo, no son un mandato, sino una prescripción sobre un caso en particular, si el candidato al Episcopado era un hombre casado. Lee el Texto nuevamente:

“Pero es preciso que el Obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, cortés, hospitalario, capaz de enseñar” 1 Timoteo 3,2

En ningún momento dice que "debía" ser casado. El motivo de esta prescripción estaba dirigido a aquellos que proviniendo del paganismo, e incluso del judaísmo, se convertían a la Fe Cristiana naciente. En el primero de los casos, muchos paganos era polígamos; y el segundo, muchos estaban casados en segundas nupcias, pues la ley de Moisés contemplaba el divorcio. Ley abrogada luego por Jesucristo.

Muchos años antes de 1138, en los comienzos de la vida Religiosa, el Celibato era un requisito en las primeras Ordenes Monásticas dirigidas por S. Pacomio, ya en el s. Iv después de Cristo.

Si quieres un gran ejemplo de amor por la Virginidad, luego de Jesús Bendito, mira a nuestra Mamá, María Santísima.


En los tiempos modernos se levantan cientos de voces contra el Celibato, pero pon atención en lo que Jesús dijo al terminar: "Quien pueda entender, que entienda". Pide a Dios, para ti y para mí, la Gracia de comprender, sabiendo que Él no nos deja sin respuesta cuando buscamos sinceramente la Verdad, con el fin de adherirnos a ella. "Dios da Su Gracia a los humildes, escribe el Apóstol Pedro, y resiste a los soberbios".

No olvidemos rezar cada día por nuestros Obispos, Sacerdotes y Religiosas, para que el Señor les Conceda la firmeza en su Fe y en su entrega total a Dios.

Semper Mariam In Cordis Tuo.
NUESTRA SEÑORA DE LOURDES


«María es, al mismo tiempo, una Madre de Misericordia y de Ternura, a la que nadie ha recurrido en vano; abandónate lleno de confianza en Su seno Materno, pídele que te alcance esta Virtud (de la Humildad) que Ella tanto Apreció; no tengas miedo de no ser atendido. María la Pedirá para ti a ese Dios que Ensalza a los humildes y Reduce a la nada a los soberbios; y como María es Omnipotencia Suplicante cerca de Su Hijo, será con toda seguridad Oída. Recurre a Ella en todas tus cruces, en todas tus necesidades, en todas las tentaciones. Sea María tu Sostén, sea María tu Consuelo». (León XIII, Papa).
«María, es Maestra de oración. Mira cómo Pide a su Hijo, en Caná. Y cómo insiste, sin desanimarse, con perseverancia. Y cómo lo logra. Aprende». (S. Josemaría Escrivá de Balaguer, Pbro y Fundador).
Semper Mariam In Cordis Tuo.

HUMILDAD Y ORACIÓN


«Está Escrito que sólo la Ayuda de Dios Salva (Dan 3, 17; Hch. 4, 11-12). Cuando un hombre se da cuenta que ya no hay Salvación, se pone a orar. Y cuanto más ora, tanto más su corazón se humilla, ya que no se puede orar y pedir sino es con Humildad. “Un corazón quebrantado y humillado, Tú no lo Desprecias” (Sal 50,19). Mientras no adquiera un corazón humilde, el hombre está expuesto a la dispersión. La Humildad recoge su corazón. Descubre una Fuerza que se levanta en su interior, la Fuerza de la Confianza.

Su corazón se llena de Fe y comprende entonces que la oración es el refugio y el auxilio, fuente de Salvación, tesoro de Confianza, Puerto seguro, Luz de aquellos que viven en las Tinieblas, sostén de los débiles, amparo en tiempos de prueba, ayuda en la enfermedad, escudo que Libera del peligro en los combates, Flecha disparada contra el enemigo. En una palabra, una multitud de Bienes le viene al hombre por la oración. Su delicia será la oración. Su corazón queda Iluminado por la Confianza». (Isaac el Sirio, Monje).

Semper Mariam In Cordis Tuo.
SAN JOSÉ


CATALINA EMMERICK


«Vi a Nuestro Señor bajo la forma de un pequeño Niño todo luminoso, cuyo brillo eclipsaba el resplandor circundante, acostado sobre una alfombrita ante las rodillas de María. Me parecía muy pequeñito y que iba creciendo ante mis ojos; pero todo esto era la irradiación de una luz tan potente y deslumbradora que no puedo explicar cómo pude mirarla. La Virgen permaneció algún tiempo en éxtasis; luego cubrió al Niño con un paño, sin tocarlo y sin tomarlo aún en sus brazos. Poco tiempo después vi al Niño que se movía y le oí llorar. En ese momento fue cuando María pareció volver en Sí misma y, tomando al Niño, lo envolvió en el paño con que lo había cubierto y lo tuvo en Sus brazos, estrechándole contra su pecho. Se sentó, ocultándose toda ella con el Niño bajo su amplio velo, y creo que le dio el pecho. Vi entonces que los Ángeles, en forma humana, se hincaban delante del Niño recién Nacido para Adorarlo".
Esta es parte de la visión que la Beata tiene sobre el Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.

Nacida el 8 de septiembre de 1774, en Alemania, desde los cuatro años, Catalina tuvo frecuentes visiones de la Historia de la Salvación. A los 28 años de edad, ingresa en la ida Religiosa, en el Convento de Agnetenberg.
Este Convento fue suprimido por las autoridades civiles en 1813, tras lo cual, Catalina se traslada a una casa particular, donde la enfermedad la dejó inmóvil.

Los últimos años de su vida experimentó místicamente la Pasión de Jesucristo -Divina Pasión de la que llevaba sus Estigmas-, y trataba de describir las visiones cotidianas de lo Sobrenatural que ella misma encontraba indecibles. Visiones, que escritas en sus diarios, fueron ordenadas luego de su muerte.

Deja este Destierro el lunes 9 de febrero de 1824. En el año 2004, el Papa S. Juan Pablo II, la Declara Beata.

"Cuando había transcurrido una hora desde el Nacimiento del Niño Jesús, continúa relatando Catalina, María llamó a José, que estaba aún orando con el rostro pegado a la tierra. Se acercó, lleno de júbilo, de humildad y de fervor. Sólo cuando María le pidió que apretase contra su corazón el Don Sagrado del Altísimo, se levantó José, recibió al Niño entre sus brazos, y derramando lágrimas de pura alegría, dio gracias a Dios por el Don Recibido del Cielo".

"¡Ah, decía yo, este lugar encierra la Salvación del mundo entero y nadie lo sospecha !"». (Visión sobre el Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, que tuvo en el año 1820).

Concédenos, Señor, un conocimiento profundo y un amor intenso a Tu Santo Nombre, semejantes a los que Diste a la Beata Ana Catalina Emmerick,
para que así, sirviéndote con sinceridad y lealtad, a ejemplo suyo también nosotros Te agrademos con nuestra Fe y con nuestras Obras.
Por Jesucristo, Tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

Semper Mariam In Cordis Tuo.
CERCA DE TI


«Que no desee nada que esté fuera de Ti... Dame a menudo llevar mi corazón hacia Ti y, cuando falto, medir mi falta con dolor, con un firme propósito de corregirme. Dame, Señor Dios, un corazón vigilante que ningún pensamiento de curiosidad me arrastre lejos de Ti; un corazón noble que ningún afecto indigno lo rebaje; un corazón recto que ninguna intención equivoca desvíe; un corazón firme que ninguna adversidad rompa; un corazón libre que ninguna pasión violenta lo domine. 

Concédeme, Señor, Dios mío, una inteligencia que Te conozca, una atención que Te busque, una Sabiduría que Te encuentre, una vida que Te complazca, una perseverancia que Te Espere con confianza y una confianza que al fin Te posea. Concédeme, a través de la penitencia, estar afligido por lo que Tú has Soportado; hacer servir, en el camino, los bienes que me has Concedido por Gracia; gozar de Tus gozos sobre todo en la Patria por la Gloria. A Ti que, Siendo Dios, Vives y Reinas por los siglos de los siglos. Amén». (Sto Tomás de Aquino, Pbro y Doctor de la Iglesia).

Semper Mariam In Cordis Tuo.


SAL Y LUZ 


«Llenar el mundo de Luz, ser Sal y Luz, es tal como el Señor ha Descrito la Misión de los discípulos. Llevar hasta los confines de la tierra la Buena Noticia del Amor de Dios. Es eso a lo que todos los cristianos, de una u otra manera, deben consagrar su vida... La Gracia de la Fe no nos ha sido conferida para tenerla escondida, sino bien al contrario, para brillar delante de los hombres... 

Quizás algunos se preguntarán cómo pueden comunicar este conocimiento de Cristo a los demás. Yo os respondo: con naturalidad, con simplicidad, viviendo exactamente tal como lo hacéis en medio del mundo, dándoos cuenta que estáis en vuestro trabajo profesional o al cuidado de vuestra familia, participando de todas las nobles aspiraciones de los hombres, respetando la legítima libertad de cada uno... La vida ordinaria puede ser Santa y llena de Dios, el Señor nos llama a Santificar nuestras tareas habituales, porque también ahí reside la Perfección cristiana. 

No olvidemos que la casi totalidad de los días que María ha pasado en esta tierra se han desarrollado de manera muy semejante a los días de millones de otras mujeres, consagradas, como Ella, a su familia, a la educación de sus hijos, a los quehaceres del hogar. De todo esto Maria Santifica hasta el más mínimo detalle, eso que muchos consideran, equivocadamente, como insignificante y sin valor... ¡Bendita vida ordinaria que puede, de tal manera, estar llena del amor de Dios! Porque he aquí cual es la explicación de la vida de María: Su Amor llevado hasta el olvido total de Sí, Contenta de encontrarse en el lugar en el cual Dios la Quería. Por eso el más pequeño de Sus gestos no ha sido nunca banal, sino al contrario, aparecía lleno de significado... Nos toca a nosotros intentar ser como Ella en las circunstancias precisas en las que Dios ha Querido que vivamos». (S. José María Escrivá de Balaguer, Pbro y Fundador).

Semper Mariam In Cordis Tuo.