Dios mío, perdón
«¡Dios mío, perdón! Perdón por las ofensas de mi infancia, por las de mi Juventud, por tantos horribles pecados, por las ofensas de mi edad madura…por todas las que he cometido hasta el día presente, hasta esta hora... ¡Ay de mí, Dios mío! No hay día, hora ni instante por los que no deba darte gracias sin medida…Ayúdame, Dios mío, a dar Muerte en mí al hombre Viejo, vil, tibio, ingrato, infiel, débil, indeciso, languidecido, y «Crea en mí un corazón Nuevo», cálido, animoso, reconocido, fiel, fuerte, decidido, enérgico... Yo Te Consagro todos los instantes de esta segunda parte de mi vida... Haz que mi futuro sea lo contrario del pasado, que lo redima, que lo emplee todo en hacer Tu Voluntad, que todos sus instantes Te Glorifiquen en la medida que lo exige Tu Voluntad. Amén». (B. Charles de Foucauld, Religioso y Mártir).
Semper Mariam In Cordis Tuo.